12/12/2016
Lucía Pulido Perea le da un
4
"La habitación es deprimente."
Nos pareció algo peculiar un hotel-barco. Íbamos muy ilusionados, pero al entrar en el "Camarote" nos encontramos una habitación pequeña, anticuada, era deprimente estar en ese cuarto, pero al menos tenia calefaccion y tv, el tema del cuarto de baño ya es otra cosa, medirá 1 m2, cuando te sientas en el wc rozas con el lavabo y la cortina de la mini-ducha. En nuestro régimen entraba el desayuno, es tipo buffet, con el típico desayuno americano, croissants, y panes para tostadas de tres tipos, bimbo, bollito y bollito de cereales, maquina de café y de zumo de naranja. Para ir al hotel hay que coger un ferry que parte de la estación central de Ámsterdam, es fácil encontrarlo porque hay un cartel que pone NDSM, es gratuito, solo tiene una parada porque va de un puerto a otro, y al bajarte a mano derecha esta el barco que diferenciaras fácilmente porque pone las letras B O T E L en rojo justo en la parte superior del barco. Antes de ir contacte con el botel y me enviaron por correo los horarios del ferry, por lo que te facilita las cosas y no tienes que perder el tiempo esperando a que llegue. Es un ferry muy puntual y circula día y noche. Fue divertido tomar el ferry y estar en un barco-hotel, pero la habitación deja mucho que desear...
Positivo:
El personal es muy amable y siempre dispuesto a ayudarte.
Negativo:
La habitación, dentro de que es un camarote pequeño de barco, es horrible. La decoración es lo peor, parece que estás en una habitación de un albergue de los malos.