MARiA VICTORIA

"Bastante mejor de lo esperado."

Mi experiencia en el hotel Dunas de Doñana fue claramente mejor de lo esperado. Después de varios veranos en hoteles de 4 estrellas y en régimen de todo incluido, este año decidimos optar por un régimen de media pensión en Matalascañas. Antes de cerrar la reserva consulté las opiniones de otros viajeros y encontré un poco de todo, pero en su mayoría, parecía que la gente estaba satisfecha. La primera buena sorpresa fue al llegar al hotel. No había donde aparcar en la calle así que me bajé del coche para ir haciendo el check-in. Esperaba encontrarme una cola larguísima para el registro y no fue así. Según pasé la puerta, la recepcionista se dirigió a mí. En menos de 2 minutos ya tenía la llave de mi apartamento, la descripción de las instalaciones y toda la información necesaria. La recepcionista también me explicó que si no encontraba sitio en el aparcamiento gratis del hotel, también tenían otro parking al aire libre por 5 euros al día que podría ir ampliando día a día si no encontraba sitio en el parking gratis. En la piscina, esperaba encontrarme una marabunta de gente y toallas a modo de “reserva” en las tumbonas, como es habitual en muchos otros resorts y ¡sorpresa! No había más de 30 hamacas y pude incluso elegir las que quería, ya que había poca gente en la piscina. En este sentido, había leído algunas críticas acerca del tamaño de la piscina. Es pequeña, cierto. Pero para el aforo que suele tener, creo que es perfecta. Lo único que mejoraría, es el revestimiento alrededor de la piscina, algo resbaladizo y la hierba que se encharca. A la hora de la cena, también me llevé una grata sorpresa. En otros hoteles en los que estuve en años anteriores, lo habitual era tener que aguantar comportamientos de otros clientes que parapetaban las bandejas de comida, etc. En el Dunas de Doñana, la comida estaba igual de mala que en otros hoteles de playa pero no he echado de menos nada en comparación con los 4 estrellas. También leí que no habría comida sana, que todo serían fritos y no fue así. Para el que quisiera, había ensaladas, gazpachos, fruta variada, etc. Pues lo mismo que en otros hoteles de más categoría. Al día siguiente, casi me entra la risa en el desayuno cuando una clienta le preguntó a una camarera dónde estaban los zumos naturales. En estos sitios nunca he visto zumos naturales, es zumo industrial de máquina por lo que no es ni mejor ni peor que otros establecimientos de este tipo. El hotel contaba con un programa de animación diurna para los niños (mis hijos se lo pasaron fenomenal) y nocturna. Ahí había de todo, bueno y malo: el espectáculo de magia entretenido, el show musical en directo muy malo, de hecho estábamos 4 familias y en cuanto empezó a cantar, la mayoría nos levantamos y nos fuimos. Era un registro musical que podría gustarles a grupos de jubilados pero no a parejas de mediana edad y mucho menos con niños. En cuanto a las instalaciones, por lo general bastante limpias y los apartamentos cómodos. Lo que recomendaría es que el servicio de mantenimiento revise las cerraduras. En nuestro apartamento, por ejemplo, el marco estaba algo oxidado y a veces costaba “engranar” ya que la llave daba vueltas sin que el pestillo se moviera. Por lo general, el balance ha sido positivo. Por nuestra parte, recomendaríamos el Dunas de Doñana.

¿Cuál fue la razón principal para escoger este hotel? Precio, ubicación, calidad, equipamiento?

Primero la ubicación, buscábamos algo en una playa de Huelva y segundo el precio.

¿Cuál fue el principal motivo de tu reserva, negocio o placer?

Placer.

Positivo: No está colapsado. Tiene todos los servicios de otros hoteles de más categoría.

Negativo: Suelo deslizante en piscina.

Positivo: Los que se tienen ganado el cielo son el equipo de animación. Lo dan todo desde primera hora de la mañana hasta última hora de la noche. No sé si lo hacen por vocación porque dudo que su sueldo cubra tanta dedicación. Y ello a pesar de la falta de medios. Otra cosa positiva es la ubicación del hotel. Sólo hace falta cruzar el paseo y ya estamos en la playa. El equipo de camareros también hace todo lo que puede y es bastante atento (durante nuestra estancia, celebramos el cumpleaños de mi hijo de 7 años y gracias a la complicidad del equipo de mesas y de animación, ese momento se convirtió en algo muy especial).

Negativo: Lo peor de todo es la comida. Todo bastante mediocre, todos los días absolutamente lo mismo. El mojo verde es como una masa blanca grasienta, el pescado a la plancha nadando en el agua de descongelación, etc. Nunca había comido tanta fruta como durante mi estancia en este hotel (tras espantar a las moscas que revoloteaban en torno a las manzanas y a los trozos de sandía). Está para un programa de "pesadilla en la cocina". Por otro lado, la limpieza de las terrazas de las habitaciones es inexistente, a las piscinas les falta algún tobogán y resulta incómodo ir de un chiringuito al otro (a unos 400 metros de distancia el uno del otro) ya que en uno están las bebidas y en otro los "snacks" (sólo patatas fritas de bolsa, kikos, alguna magdalena y fiambre de sándwich). En la piscina de los snacks flota todo tipo de insectos y restos de comida. Las sombrillas sacaojos también son dignas de mención (tienen las varillas sueltas y la mayoría en la zona de paso y a la altura de la cara). Los aparatos de gimnasio chirrían y necesitan un buen repaso, las cintas de correr marcan un error y no se pueden utilizar, los bancos de ejercicio están dobladísimos y oxidados, los enchufes de las elípticas están por el suelo justo donde se embalsa el sudor de los usuarios...