Cuatro candidatos al puesto de ejecutivo de una multinacional se enfrentan en la entrevista final. Pero aquí no hay entrevistador, sino que poco a poco deben descubrir quién es realmente quién.
El juego entre los aspirantes se irá convirtiendo a lo largo de la obra en un combate de sentimientos, ambiciones y envidias, siempre en los límites entre la realidad y la ficción, entre la verdad y la mentira. Es un juego que nos hace saber que, allí dentro, no importa quiénes somos ni cómo somos, sino lo que aparentamos ser. Nuestra auténtica identidad no le importa a nadie, quizás ni a nosotros mismos.”
Desde la mirada teatral aparecen situaciones divertidas e incluso indignas, en las que muchas veces se ven inmersos los empleados y aspirantes a un trabajo. De esta manera, la obra invita a reflexionar sobre la necesidad del éxito y hasta donde se es capaz de llegar para conseguirlo.