Montando el Poyo

un show absolutamente delirante que está concebido, dirigido y perpetrado por auténticos dementes. lo que empieza como un inocente concurso de ingenio y chascarrillos se transforma pronto en una competición del absurdo que nos arrastró a todos los allí presentes a una catarsis colectiva de la que nunca me recuperaré del todo. si, como dijo nietzsche, en el caos hay fertilidad, entonces todos salimos de allí preñados, envueltos en un delirio colectivo donde aullé, grité y juré lealtad eterna al equipo de los cerdos. ya no necesito más terapia, mindfulness o tazas de mr. wonderful para sobrevivir, sólo otra ración de auténtico poyo.

Un plan diferente para pasar la tarde del domingo. Nos divertimos mucho en el show, lo recomendaría sin dudar si quieres tener las risas aseguradas.