Cataluña para aventureros, arquitectos de iglús y guerreros de la nieve
Las actividades que te proponemos son para auténticos Amundsen, pero sin tener que viajar hasta el Polo Sur. En los impresionantes rincones naturales de las comarcas del Berguedà i de La Cerdenya, enclavando el Parque Natural del Cadí-Moixeró, donde los Pirineos de Cataluña se muestran en todo su esplendor, te esperan aventuras en la nieve, historia y folklore fascinantes, visitas culturales sugerentes, paisajes de una belleza cautivadora, y una gastronomía sencilla, pero deliciosa y reconfortante elaborada con productos de categoría.
Megaconstrucciones. Hoy: haz tu propio iglú
El deporte rey del invierno es el esquí, pero si también eres fan de las megaconstrucciones de Discovery Max y en tu infancia eras una ambiciosa arquitecta de fortificaciones multicolores con las piezas de Lego, definitivamente lo tuyo es aprender a construir un iglú. Deja salir el esquimal que llevas dentro en esta actividad cooperativa, sencilla, no-competitiva y apta para todo el mundo, supervisada por la Asociación de Constructors d’Iglús de Catalunya, y con la que tus amigos y tú podréis levantar una auténtica casa de hielo. Ellos ponen los guantes, las palas, las sierras, pica-pica y bebida caliente; y vosotros un buen equipo para la nieve y las bajas temperaturas: calzado cómodo e impermeable, un buen anorak, pantalón de esquí, guantes, gorra, gafas de sol, protección solar, ropa de recambio, agua y aprovisionamientos para no quedaros ‘pajaritos’. Y, por supuestísimo, cámara de fotos para inmortalizar el proceso, las risas y el prometedor resultado final, y ¡muchas ganas! Porque vais a tener que ponerle todos los sentidos. No vale ponerse en modo anciano y mirar como trabajan los demás.
Atento, porque las prácticas empiezan el 21 de enero y se prolongan hasta finales de marzo. Normalmente, el enclave de la actividad suele estar cerca de la estación de esquí de La Molina, pero también se realiza en otros sitios como Vall de Núria, y Coll de Pal. Si te enganchas a los iglús, el 11 y 12 de febrero no te puedes perder el Ohmamiglú (¡Pedazo de referencia a ‘Mamy Blue’ de los Pop-Tops! ¡Un fuerte aplauso!), el encuentro anual de constructores que organiza la asociación, que se celebra –si no hay imprevistos– en el Pla d’Anyella (La Molina), y en el que se puede llegar a levantar un pueblecito formado por unos 30 o 40 iglús. A falta de pingüinos, osos polares y focas, el Ohmamiglú suele coincidir con la ‘Streaking on Ice’, una divertida y peculiar competición donde la equipación de los participantes suele estar compuesta por pelucas, pompones, corsés, tangas, fajas, tutús, ligueros, minifaldas, chanclas, etc. ¡Vaya, lo que podría venir siendo un ‘The Rocky Horror Picture Show on the run’ lleno de doctores Doctor Frank-N-Furters en plena nieve!
Bájate de los esquís y súbete a unas raquetas
Si lo que quieres es poner a prueba tu resistencia a la vez que vas descubriendo la belleza subyugante de la orografía, la vegetación y la flora del paisaje pirenaico, el senderismo es el plan que te dará lo que buscas. ¡Bájate de los esquís, súbete a unas raquetas y que la nieve no te impida sumergirte en ellas a través de sus senderos y de sus muchas rutas de leyenda! ¡Incluso con posibilidad de hacerlo de noche!
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En el Parque Natural de Cadí-Moixeró se yergue todo un símbolo del excursionismo catalán: el Pedraforca con su reconocible horquilla. Aquí no podréis subir con raquetas, pero os aseguramos que merece la pena tanto recorrerlo a pie como admirarlo a lo lejos, desde los 2.500 metros de Niu de l’Àliga, el campamento que está a mayor altura del Pirineo Oriental, y cuyo ascenso poco exigente es apto para toda clase de senderistas. ¡Imagínate una puesta de sol desde allí! El stendhalazo que te da con el estallido de colores recortando las siluetas de montañas es emocionante y vibrante como una balada metalera. Además, la zona está llena de caminos (a cual más sugerente) frecuentados en el pasado por contrabandistas y ‘trementinaires’, aquellas vendedoras ambulantes de plantas medicinales, productos curativos y venenos que fueron perseguidas por brujería. Las cargaba el Diablo y no se andaban con chiquitas… El folklore de la zona es poderoso, y poder encontrarte con criaturas sobrenaturales la hace más atractiva si cabe, ¿o no?
Para observadores y guerreros en busca de descanso
Pero si eres más de método científico que del asustaviejas de ‘Cuarto Milenio’, encontrarás una gran satisfacción con la observación de su especies vegetales –con predominio del roble, el pino rojo y negro, el perejil de rebeco, las orejas de oso o la dafne alpina, sin descuidar la diversidad de setas con alrededor de 1.500 tipos–, y animales – es fácil ver marmotas, rebecos, topos, liebres, zorros, martas, búhos, quebrantahuesos, buitres, águilas reales y halcones.
Después de tanta actividad y tantos estímulos, te recomendamos abandonarte al descanso y a recobrar fuerzas ¡en el Hotel Overlook! ¡No! Nunca te haríamos eso. ¿Qué te parece un hotel tan especial y con tanto encanto como el Gran Hotel Budapest? En el Muntanya&Spa de la Cerdanya, situado en Prullans, pueblo bautizado como el ‘Mirador de la Cerdanya’, no os darán dulces de Mendl’s, pero en este hotel gastronómico no los echaréis en falta. Envueltos por la serenidad de unas vistas increíbles, os deleitaréis con los deliciosos productos y platos tradicionales del Pirineo como los quesos, embutidos y carnes de la zona, el ‘trinxat’ con tocino, el ‘tiró’ (conejo) con nabos, el ‘mató’ con miel y los ‘cerdans’ de avellanas y anís. Palabrita de girl-scout.
