16/08/2014
maria le da un
8.1
Positivo:
Una estancia estupenda. Los dueños del establecimiento no pudieron ser más amables y atentos. Eh hecho de ser un lugar familiar regentado por un matrimonio permite una atención personalizada pues se centran en la decena de habitaciones que tienen y te tratan como a un amigo. A tu disposición toallas y sombrilla para la playa y bicicletas para pasear por los alrededores del parque natural sin ningún coste adicional. El entorno es espectacular, si buscas naturaleza, tranquilidad y silencio es tu sitio (de hecho nuestra habitación daba al mar por un lado y a los huertos de la finca por el otro) a 2 km. kilómetros de Portopetro donde encontrar buenos restaurantes, farmacia o cajeros automáticos.
Disponen de cafetera para espressos en la zona común a tu disposición donde tú apuntas tus consumiciones y la cocina casera es un punto a tener en cuenta. Embutidos y mermelada caseros, bizcochos recién hechos cada mañana, quiche y cocas siempre diferentes cada día y uno de los días para cenar barbacoa con sangría.
Además el último día volábamos por la noche y después de pasar el día en las calas cercanas (hay 5 a las que se puede acceder andando desde el hotel y la zona de calas de Mallorca está a 25 km con algunas de las mejores calas de la isla) tuvieron el detalle de dejarnos las duchas de servicio para poder quitarnos la arena y la sal antes del viaje. Nuestro agradecimiento a Miguel Angel y M José por todo!!
Negativo:
Como punto a mejorar no llega el wifi a las habitaciones, solo en la zona común.
El día de llegada aunque teníamos media pensión había una celebración de otra clienta y debimos ir a cenar a Portopetro, por supuesto incluido dentro de la MP y en un restaurante muy bien ubicado en la zona del puerto y de calidad pero después del madrugón hubiésemos agradecido cenar en el mismo hotel. También nos avisaron de que los domingos no había servicio de cenas y ocurría lo mismo.
No es un punto a mejorar pero se necesita el coche durante toda la estancia