21/10/2016
Juan le da un
7.5
"Buena opción (con matices) en Mogán"
Vaya por delante que creo que es un buen hotel y seguramente de los mejores de su categoría en la isla, pero no soy más generoso en las calificaciones porque juzgo lo que me dan en función de lo que pago.
El Puerto de Mogán es quizás el mejor destino de la isla si buscas sol garantizado y no moverte del hotel (no está mal comunicado, pero si quieres conocer la isla no es la mejor ubicación). El núcleo urbano del puerto es bonito, pero creo que es demasiado de "cartón piedra", aunque tiene bastante oferta hostelera para los que quieran alternar. La playa es ideal para familias con niños, y aunque es más bien pequeña y se llena bastante, está muy protegida de corrientes y oleaje y la temperatura del agua es bastante buena. El hotel no está en primera línea de costa ni tiene vistas hacia el mar, pero está pegado a puerto y playa, apenas hay que caminar para llegar y no hay desnivel, así que es perfecto para ir con niños.
El hotel en sí es bonito, se ha buscado un estilo cálido entre tradicional y colonial, poco innovador pero que agrada a todo el mundo y es acogedor. La cúpula central es incluso espectacular, y el juego de jardines y cascadas es muy agradable. La distribución en varios edificios pequeños, separados por un montón de jardines que son prácticamente un jardín botánico de la flora canaria, es un acierto.
Las piscinas y su entorno están muy bien, y pese a que los días de nuestro viaje el hotel estuvo lleno o casi lleno, siempre había alguna hamaca libre. Y aunque hay muchas hamacas, están muy repartidas entre los jardines y es fácil encontrar recovecos tranquilos sin la sensación de hacinamiento de otros hoteles. Resumiendo, te sientes bastante cómodo y es fácil relajarse, los jardines son extensos y los primeros días incluso te puedes perder en ellos. La única pega de las piscinas son las zonas de grava (que no arena), que son un auténtico pediluvio indeseado (no es un problema grave, pero que las quiten ya, por favor).
La habitación no es exageradamente grande pero está bien. Nevera sin coste añadido que enfría bien y caben botellas de 1,5l de agua. Terraza con dos sillas y mesa (tumbonas en algunas superiores) con vistas a los jardines o piscinas, bien también.
Toallas de baño sin cargo ni señal, y con reposición diaria si lo quieres (te las dan en recepción y al irte... tienes que entregarlas en recepción). Te "prohíben" colgar las toallas en la barandilla de la terraza porque quedan feas.
Las camas. Dos. Siempre dos, incluso en las habitaciones especiales para "luna de miel" hay dos camas ¿?. No entiendo por qué no hay algunas habitaciones con cama doble. Los colchones son buenos, pero el protector de colchón no tanto, es plasticoso y se nota mucho cuando te mueves.
Por lo demás el descanso es muy bueno. Las habitaciones parecen bien aisladas de las demás. En nuestra semana no oímos ni un solo ruido de habitaciones vecinas, y las teníamos por arriba, abajo y ambos lados (supongo que nuestros vecinos tampoco eran ruidosos).
El hotel lleva en servicio poco más de diez años y en general el estado de mantenimiento es razonablemente bueno, aunque no perfecto.
Aparcamiento gratuito sin reserva de plaza, te puede tocar interior, exterior, en el vial de entrada... pero aparcas sin problemas gratis, está muy bien.
Hay un par de ordenadores en una sala del edificio central que son un timo, ¡pagas 1€ por cada 7 minutos!
La clientela es fundamentalmente extranjera, aunque no faltaban españoles. Fundamentalmente parejas jubiladas europeas y familias con niños pequeños donde habíamos algunos españoles, ambos tipos parecen ser el perfil preferido por el hotel, que no busca gente joven con ganas de marcha, y en general lo consigue.
El buffet de desayuno tiene un horario muy amplio, pero parece que todos bajamos a las 9 y se monta una marabunta. Es muy completo y variado, sobre todo el salado. La bollería no es muy allá, y a criticar la oferta de fruta, poco variada y en algunos casos muy mala. El zumo de naranja no es recién exprimido, pero siendo envasado no es de los malos. El café es regularcillo y las tazas absurdamente pequeñas.
El buffet de cena también tiene cierto jaleo aunque funciona en 2 turnos (19h y 20,30h, te asignan un turno y una mesa en toda la estancia, pero puedes solicitar un cambio de turno o cambiar por un almuerzo cuando quieras). Es también muy completo, pero con calidad irregular. Lo mejor: las carnes asadas, todos los días dos o tres distintas, siempre con un punto excelente, aunque había que estar espabilado porque la mejor se agotaba a veces muy pronto. Los pescados más regulares, y cosas tan simples como mejillones o langostinos cocidos (cuando los hubo, que no eran habituales) eran terriblemente malos. Había algunos platos realmente insípidos, pero al haber bastante variedad siempre encuentras algo que te pueda satisfacer. No me gustó nada que este sea de esos hoteles que exigen una vestimenta "elegante" a los caballeros durante la cena, me parece propio de otro siglo.
El buffet del almuerzo es peor: es en otro comedor distinto, que en sí es muy agradable y más tranquilo, con muchas mesas exteriores, pero es bastante más pequeño y la oferta es claramente menor. Cuesta 15€ por persona sin bebidas si no lo tienes incluido en el régimen de alojamiento.
Las bebidas: carillas como suele pasar en estos hoteles. Sin cutreces porque no existe el todo incluido en este hotel (ya lo insinué antes, no les gustan la clientela que bebe mucho).
Animación infantil sencillita en inglés y alemán, con algunos guiños en castellano. Suficiente para entretener a los chicos pero nada del otro mundo. Para adultos suelen ser actuaciones musicales que, por suerte, no suelen caer demasiado en la horterada.
El personal amable, mayoritariamente canario y con mucha disposición a ayudarte, sin ninguna pega por esta parte.
Biblias y capilla. Sorprende encontrar el Nuevo Testamento en cinco idiomas en el cajón de la mesilla de cada habitación. No me gusta, ya sé que no es obligatorio leerlo, pero no me apetece que se dé por hecho que me puede interesar ese libro... y no otro. También llama la atención la capilla, en medio de los jardines, siempre abierta para quien quiera rezar en ella (y siempre vacía). Me parece anacrónico que el hotel no sea más "agnóstico", y unido a otros detalles que ya he ido relatando me hacen pensar que sus propietarios son bastante "mojigatos". Al margen de las pegas mencionadas, la experiencia fue buena y repetiría.
¿Cuál fue la razón principal para escoger este hotel? Precio, ubicación, calidad, equipamiento?
Elegí este hotel por la proximidad a la playa, la tranquilidad de sus estancias y porque que estaba en oferta en Atrápalo y las calificaciones de otros clientes lo hacían como el mejor valorado de su categoría en la isla.
¿Cuál fue el principal motivo de tu reserva, negocio o placer?
Viaje familiar de vacaciones.
Positivo:
Jardines, piscinas, tranquilidad, relajación y desconexión. Cerca de la playa. Ideal para ir con niños pequeños y personas creyentes. Trato del personal. Parking gratis.
Negativo:
Confesionalidad (innecesaria, a mi entender) del hotel. Irregularidades en la calidad del buffet. Gravilla en algunas zonas de las piscinas que se clava en los pies. Pequeños detalles de mantenimiento.