Seis rutas de senderismo indispensables que te harán amar el bosque

Marta Trivi
Si eres de los que piensa que conocer un país es haber pisado sus ciudades más importantes y haber probado su supuesto plato típico, es hora de que espabiles. Más allá de los núcleos urbanos, museos y visitas guiadas hay un mundo tan desconocido y, a la vez, tan tradicional como un buen cuenco de gulash en Budapest.

No es casualidad que tantas personas elijan elementos naturales como fondo de pantalla. Las fotos de animales, de bosques o de playas paradisíacas presentan beneficios cognitivos, psicológicos, fisiológicos, sociales y espirituales. Desde mejorar nuestra concentración a ayudarnos a dormir, pasando por una disminución de la agresividad, el contacto con la naturaleza no nos trae más que beneficios. Sabiendo esto, ¿cómo decirle que no a estas rutas de nivel medio-bajo? Andar por el bosque es para todos, no solo para amigos de David el Gnomo.

España: Belleza de norte a sur

Caminito del Rey (Málaga)

Ruta corta y asequible siempre que cumplas con un sencillo requisito: NO-MIRES-ABAJO. Caminando sobre una estrecha plataforma suspendida a más de 100 metros sobre el río, recorremos un cañón vertical desde una posición privilegiada que hasta este momento ha estado solo reservada a las cabras. Una visión y perspectiva única que harán del recorrido una experiencia inolvidable. Desde el 2015, momento en el que la ruta fue restaurada por la diputación provincial, el recorrido es totalmente seguro y se realiza bajo la supervisión de monitores que, sin intervenir en el ritmo que desees llevar, se ocupan de que el miedo a las alturas no interfiera para nada en tu disfrute.

Valle del Jerte (Cáceres)

Si eres aficionado a la cultura japonesa seguro que te suena la palabra hanami, el concepto que engloba las actividad para celebrar anualmente la floración del árbol del cerezo. Sin embargo, aunque muchos no lo sepan, para maravillarse con este espectáculo no es necesario comerse las 20 horas de vuelo ni planificarlo todo con varios meses de antelación. En el valle del Jerte, en la provincia de Cáceres, los cerezos florecen entre finales de marzo y primeros de abril y los habitantes de la comarca lo celebran por todo lo alto con actividades gastronómicas, culturales y sociales que sirven como colofón a la verdadera maravilla: los más de un millón de árboles que tiñen de blanco el paisaje. Para disfrutar plenamente lo mejor es realizar la ruta circular (también se hace referencia a ella como “ruta de la Garganta de los Infiernos”) que, a pesar de que cuenta con una etapa de subida algo intensa (pero cementada), es por lo demás un trayecto agradable y muy popular en la zona.

Ruta de los Monasterios, Ribeira Sacra (Lugo-Ourense)

Tenemos que ir al norte, hasta Galicia, para encontrarnos con la unión más perfecta entre naturaleza e historia. La Ruta de los Monasterios, en la Ribeira Sacra, la zona con más monasterios por kilómetro cuadrado, nos permite acercarnos a sus 18 construcciones diferentes con estilos que van desde el románico (monasterio de Santa Cristina de Rivas de Sil), al renacentista (Santa María de Xunqueira de Espadañedo). Parte de la ruta pasa por una carretera privada (aunque permita el libre acceso) que puede recorrerse en coche o bus si consideramos que los 21 kilómetros totales son demasiado para nosotros. El paraje natural, que discurre en la rivera del río Sil, es tal y como podemos imaginar: verde, tranquilo y evocador.

Europa: paisajes salvajes

Parque Nacional de Jotunheimen (Noruega)

Escandinavia es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Los suecos, noruegos y finlandeses tienen claro desde hace muchos años que los bosques constituyen uno de sus tesoros más preciados y, en consecuencia, trabajan y legislan para protegerlos a toda costa, de ahí sus numerosos (¡y salvajes!) espacios naturales y protegidos. En Noruega el parque natural por excelencia es el de Jotunheimen, literalmente, el hogar de los gigantes (aunque lo que nos encontremos sean alces y nutrias), que puede recorrerse siguiendo varias rutas de diferente dificultad. Lamentablemente, la caminata más famosa, la que sube el Bessengen, es demasiado exigente para la mayoría, no obstante, las rutas que recorren los valles y los principales lagos son aptas incluso para niños.

Grutas Skocjan (Eslovenia)

Naturaleza no son sólo árboles, tierra y un camino bajo el cielo azul. En Eslovenia el paisaje más espectacular lo encontramos bajo la superficie, en un sistema de cuevas a más de veinte metros de profundidad. Y ¡no!, olvídate de todas esas cintas de terror en las que los espeleólogos, linterna en mano, reptan por huecos estrechos en busca de lugares de interés. Las Grutas de Skocjan son amplísimas y están bien iluminadas durante todo el recorrido, ¡no hay excusa!. La ruta principal dura alrededor de unas dos horas en las que veremos las bóvedas y las cascadas que definen el cañón subterráneo más profundo de Europa. A pesar de lo que podamos pensar, la sensación en el interior no es ni de agobio ni de claustrofobia, pararte en uno de los puentes y mirar hacia abajo… ¡produce vértigo!

Valle Lochy, Tierras Altas (Escocia)

Escocia, verde, es un lugar propicio para perderse por la naturaleza. Sin embargo, las rutas de senderismo más conocidas, aunque sencillas, suelen ser recorridos de varios días (entre cuatro y una semana) no recomendables para los poco habituados. En las Tierras Altas, precisamente una de las zonas más conocidas y hermosas, encontramos una pequeña ruta, la que recorre el Valle Lochy, que puede realizarse en un par de horas sin demasiadas complicaciones. El paisaje es exactamente lo que estamos imaginando. Un recorrido solitario e introspectivo por un paisaje húmedo y lleno de lagos que parecen sacado de cualquier fotograma de una cinta fantástica. Primavera y otoño son las estaciones propicias para conocer el valle. Nunca en invierno, ya que su enclave, con la nieve, lo convierte en un lugar inaccesible. Demostrado queda que el senderismo es algo para todos. Una forma perfectamente válida de viajar con el que además de nuestra mente mimamos nuestro cuerpo. Con estas rutas, cuidarse y hacer ejercicio no supone esfuerzo alguno.