Ruta gastronómica en Cataluña: la verdadera Operación Bikini

Sr. Azul
Llega el buen tiempo, el calorcito y para muchos el martirio de lo que popularmente se conoce como ‘operación bikini’. Y para eso se torturan con un (casi siempre fallido) intento de reducir la ingesta de alimentos, como si con eso fueran a conseguir mutar su físico, su autoestima y así alcanzar la felicidad. No amigos, la felicidad y el bikini entran en la vida de otra forma.

Yo, que soy más de opinar de todo sin tapujos, os voy a dar un consejo en forma de post, que deberéis seguir sin interrupción durante todo el año. Esta técnica inédita garantiza que, no solo no tendréis que hacer esfuerzos de última hora para cumplir y lucir cuerpos esbeltos (¿los tendríais?), sino que además seréis desde el primer día seres guapos, altos, felices, rubios y con los ojos azules, habiendo disfrutado de sitios incomparables y manjares dignos de la mesa de Hestia (diosa de la cocina en Grecia. De nada).

La recomendación es un tour por la Cataluña gastronómica al estilo de Asterix en “La vuelta a la Galia”, Imanol Arias y Echanove poniéndose como el quico por España o Labordeta y su mochila. Pero todo ello con más glamour, aprovechando el reconocimiento de mi tierra como Región Europea de la Gastronomía 2016 y los actos de celebración que aquí se han organizado. Y os aseguro que de esta vuelta no volveremos como Obelix.

HOTELES GASTRONÓMICOS: reposo y alimentación equilibrada. ¡Y disfrute!

Nada hay mejor que patearse la región de hotel gastronómico en hotel gastronómico. Hoteles cuidados, pequeños, familiares, que cuidan con esmero el descanso y la buena mesa, plagada de producto de la zona. Vamos, que ofrecen lo que cualquier ser humano (incluimos a los hipsters por esta vez) anhela: el disfrute de los sentidos.

Como soy un buen tipo, os paso el enlace donde salen los más de 45 hoteles gastronómicos certificados en Cataluña y os resumo aquí 9 de estas joyas en las que gozar es lo habitual, y no porque te pongan música electrolatina, sino por el deleite del paladar.

Caviar de pimiento entre montañas

Alt Urgell puro. Rocoso y tranquilo. La Sierra d’Aubenç y el Roc de Cogull enmarcan y separan el Hotel Can Boix. Y una vez llegado a la paz, que saquen los caldos (más de 400 referencias de nivel entre vinos y cavas) y las habas o la costilla de cerdo ibérico con caviar de pimiento escalibado y puré de guisantes.

No os olvidéis, antes de abandonar la zona, de visitar las queserías Mas d’Eroles y la Reula. Tras la visita guiada, no podréis refrenar el instinto de adquirir cualquiera (o muchas) de las múltiples variedades que os ofrecerán.

Cata de cerveza artesana en bodega de roca natural

Situado en el frondoso bosque del Montseny, el Hotel restaurant Can Cuch es una masía con cocina delicada y de vanguardia, elaborada con la magia de la excelencia de las materias primas de la zona. Todo ello viene completado con las actividades de cata de cerveza artesana y su maridaje con quesos, actividad esta que se saborea en la bodega de roca natural del hotel.

Pedalear es solo la excusa para comer a cuerpo de rey

Las Terres de l’Ebre están especialmente recomendadas para excursiones en bicicleta por la Vía Verde de la Terra Alta, un precioso recorrido entre las antiguas estaciones de Arnes y Tortosa que atraviesa las sierras de Pàndols y de Caballos. Y después, a asearse al Hotel Diego y a degustar la cocina de Diego Arasa, a base de productos de la región cuidados con mimo. Mención especial a las carnes de la carta (como el inigualable entrecot de buey a la piedra….). Nunca te habrá gustado tanto haber decidido aficionarte a la bicicleta.

Quién no ha querido vivir en un faro

Os diré que las vistas no son lo mejor del Far Hotel restaurant; y eso que son inigualables. Situado sobre un acantilado a 175 m de altura, la panorámica que se tiene de la Costa Brava es alucinante. Pero claro, si la obra en la naturaleza es espectacular, la obra que se cuece a fuego lento en la cocina del hotel es irrepetible: arroces, pescados y mariscos (viaje directo de la Lonja de Palamós al plato, sin escalas) cuya degustación hará que te quieras quedar una larga temporada. Y si en esa temporada te acercas  a la bodega Mas Oller, podrás además disfrutar de equilibrados vinos y su maridaje con más de 10 quesos.

Claustro de Monjas y vinagre de Nobel

La mezcla entre la antigua residencia de las monjas teresianas en el Siglo XVIII (Bien de Interés Cultural Nacional), la Costa Dorada y el chef Jaume Drudis da como resultado el precioso Hotel Gran Claustre con una cocina de propuesta mediterránea que se elabora a la vista del comensal. Un lujo. Si además, decides visitar la zona, la bodega Augustus Forum os deleitará con su vino y su vinagre agridulce, el mismo que se sirve en la cena de gala de los Premios Nobel. Ahí es nada.  

Que si quieres arroz Catalina

En las Terres de l’Ebre, el arroz nace, crece, se reproduce y se degusta. Y eso es lo que se hace en L’Algadir del Delta con su carta de 12 recetas diferentes de arroz. Además, organizan talleres para que el visitante, ávido de conocimiento, conozca de primera mano el proceso del arroz, desde el campo, al molino y la elaboración de recetas que podrá hacer el propio cliente acompañado de buen vino DO Terra Alta.

Pescado salvaje entre olivos

La Boella es un impresionante complejo en una masía del siglo XII, en medio de una finca de 110 hectáreas de olivo y espléndidos jardines. Su cocina mediterránea y de proximidad –ojo al pescado salvaje de  la LLotja de Cambrils– viene rematada con la producción propia de su aceite de alta gama alrededor del cual se organizan talleres, catas y hasta recogida de olivas. Disfrute, alimentación y entretenimiento. Nada más que añadir.

Para disfrutar como un caballero medieval

Las vistas a los Pirineos del Hotel Muntanya & Spa y su gastronomía pirenaica con toques internacionales te enganchan. Sin paliativos. Además, todos los viernes se convierte en una tasca del Siglo XII para acercar el ambiente medieval a quien quiera disfrutarlo. Una vez relajados, es obligatoria la visita a la granja Cal Calsot a fin de ver cómo se trata el ganado según la tradición y las costumbres ancestrales de la zona.

Amor por lo auténtico

En el embalse Terradets, en el Pallars Jussá, se alza imponente el Hotel Terradets, de cocina de mercado contemporánea y respeto por las raíces gastronómicas de la comarca. Comamos, reposemos y vayámonos  a la bodega Castell d’Encús a 1000 m de altitud a disfrutar de la cata de sus vinos directamente de las tinas y botas donde reposa el caldo.  ¿Suena bien o no?

LA PROPINA: más experiencias

Aunque lo que viene ahora es sujeto de post aparte por derecho propio, dejadme que meta propina breve para poneros el caramelo en la boca:

* Oleoturismo y la cata de aceites de Olea Soul con la Cooperativa de la Granadella y el centre de la Cultura de l’Oli que se organiza a finales de año.Para que aprendamos que el aceite es algo más que una cosa para aliñar la ensalada.

* El Aula gastronómica de BCN Kitchen en el Born, y próximamente en la Boquería, para aquellos que sienten que tienen un cocinero atrapado en su cuerpo y desea que se manifieste.

* Visita y ruta por cualquiera de las 12 Denominaciones de Origen de Cataluña, agrupadas en las 6 rutas enoturísticas de Cataluña.Como yo soy así, me vengo arriba y os paso los links de cada una de ellas: Ruta del vi del PrioratRuta del vi de LleidaRuta del vi DO EmpordàEnoturisme PenedèsLa ruta del vi DO Alella y Bages Terra de vins.

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En definitiva: la ‘Operación Bikini’ dura todo el año y viene acompañada de experiencias turísticas, deportivas y gastronómicas de nivel. ¡Di adiós al sufrimiento! Y si después de todo esto no estás salivando y no tienes ganas de ir a Catalun ¡YA!, es que no eres de este planeta.