Round About Midnight vuelve al teatro Coliseum de Barcelona

Thais Araujo

Un evento que ha tenido tanto éxito que se vuelve a repetir en una nueva edición, capaz de trasladarte en el tiempo y rescatar toda la intimidad de los antiguos cabarets y clubes de jazz americanos de los años 50.

Así es el Round About Midnight, del Teatro Coliseum en Barcelona, que como su propio nombre indica, recupera el escenario bohemio y trae una agenda innovadora con grandes nombres de la música internacional contemporánea en la medianoche de los viernes.

Pero como decía Miles Davis, “don’t play what’s there; play what’s not there”. La gran diferencia de Round About Midnight no radica en un escenario simple, mesitas aglomeradas o en la silueta de los camareros al ritmo de las improvisaciones. La peculiaridad se basa en las grandes sorpresas que sólo la intimidad de esa atmósfera  puede ofrecer.

Quién haya ido al concierto de Simone, otro que la hija de la diva del jazz, Nina Simone (¿sí, como duerme esta tía?), sabe lo que quiero decir. Además de hermosa y talentosa (en este caso vino en el sangre), Simone demostró tener luz propia y algo más.

Sin embargo, fue el ambiente lo que evocaba la cercanía entre la artista y los asistentes, brindando momentos únicos y muy graciosos como sus intentos por comunicarse en castellano (de una forma sexy, claro) o su convocatoria para cantar una versión alternativa de estribillo: You don’t know how I feel” para “Feeling Good.

Como en una reunión entre amigos, el público pudo hacer peticiones de canciones y ser testigo de momentos inusuales, como ver un equipo de camareros corriendo para estirar el cable del micrófono, cuando la cantante decidió romper con los protocolos y pasear entre las mesas mientras cantaba My Baby Just Cares for Me.

simone

Después del concierto Simone se paró para hacerse algunas fotos con los fans, entre ellos yo. ;)

Otro espectáculo sorprendente fue el del pianista, arreglista y compositor de jazz cubano Chuchito Valdés. El hijo de Chucho Valdés, y nieto de Bebo Valdés (una auténtica dinastía), presentó el espectáculo “La senda de los elefantes” y, al igual que Simone, demostró que además del “pedigrí” y del respeto que tiene por los clásicos, ha sabido construir su propia manera de hacer música.

El pianista cubano marcó su actuación con expansivas improvisaciones, involucrado al público de una forma que en poco tiempo las sillas ya no tenían otra función que soporte para abrigos y bolsos. Acabamos todos bailando (incluyéndome a mí) al ritmo de lo mejor del jazz cubano.

La bella Mayra Andrade presentó su álbum “Lovely Difficult”, en el que canta en criollo, francés, inglés y portugués (si creías que era difícil aprender inglés…). Escuchar “Ténpu ki bai” fue un bálsamo para los oídos, y aun sin saber bien porque, me recordó a Marisa Monte. En la intimidad del cabaret la cantante desveló que, aunque nacida en Cuba, se consideraba autóctona de Cabo Verde, declarando su amor por esa tierra donde creció. Al igual que Chuchito o Simone, desbancó la lógica más tradicional de conciertos cuando terminó su presentación invitando al público a subir en escenario (¿adivinas qué pasó?).

Finalmente, como brasileña y enamorada de Bossa Nova, no podía dejar de mencionar la dulce Stacey Kent y su concierto lleno de saudade, “The changing lights”. Escuchar canciones como “O Barquinho”, “Samba de uma nota só”, “Insesatez” en Barcelona, por la voz de una cantante americana me trasportó a otras dimensiones. En este concierto las charlas entre las canciones hablaban de detalles de su relación con la Bossa Nova y su historia con grandes compositores brasileños, como Roberto Menescal.

¿Te tiras del pelo por haberte perdido este primer Round About Midnight? No te preocupes. El 28 de marzo, el clima de cabaret/night club volverá a arrasar en el Teatro Coliseum. El espacio está innovando una vez más y ha preparado una programación internacional con más frescor, si cabe, para la próxima edición. Grandes nombres como Ayo, Asaf Avidam y Keziah Jones  y muchos más pasarán por Round About Midnight.

Ojalá el viaje en el tiempo continúe. No estaría nada mal aprovechar el “revival” y recuperar el humor y la crítica política despiadada de los cabarets de la Belle Époque. ¡Mientras tanto la búsqueda por lo nuevo sigue siendo fascinante!