Navidad antes de Navidad en Flandes

Mireia Broca
Tenía un amigo de pequeña, Carles, que me contó que en Bélgica todo el mundo era dibujante de cómics.

“Friends” (La Sitcom, en mayúsculas. Hasta la fecha igualada, pero no superada). Temporada 3. Episodio 9. “El del fútbol”. Versión doblada al español (en la original es distinto). Chandler pregunta a Joey si los flamencos son de algún lugar cerca de Bélgica. A lo que el compañero de piso responde: “Buen intento.”Bélgica es un lugar ficticio donde viven los políticos europeos”.

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Bélgica ha tenido siempre un aura irreal. Su situación privilegiada ha sido, a menudo, su peor hándicap. Ya que salías de casa para recorrer tantos kilómetros, te ibas a Holanda, Alemania o Francia. Y allí se quedaba Bélgica, sin ser visitada, alimentando esta leyenda de cuento de hadas: “Había una vez, en un país lejano…”. Pero llega un día en que te apetece comer chocolate, que has visto Escondidos en Brujas (In Bruges, 2008) y que hace tiempo que no sabes por dónde anda Jean-Claude Van Damme. Y es entonces cuando decides ir a ver qué se cuece por Flandes. Sí, Flandes, porque por algún sitio se tiene que empezar y un lugar donde viven flamencos que hablan flamenco tiene gracia y aún suena más ficticio.

¿Y qué te encuentras? Pues un país que no está tan lejos y que parece un cuento de hadas de verdad, sobre todo si aciertas y vas un poco antes de Navidad.

Brujas_navidad

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Mercadillo navideño y vino caliente en Amberes

Lo típico en Flandes vale mucho la pena. Por lo tanto, hay que parar en Amberes (ciudad de la moda, de los diamantes y del pintor Rubens), y de GanteBrujas, Lovaina y Malinas y disfrutar de los canales, los campanarios y las construcciones medievales. Las distancias y las buenas comunicaciones hacen práctico desplazarse en tren.

Por estas fechas, además, en casi todos los pueblos y ciudades montan mercadillos navideños. Es imposible no pasearse por los puestos donde venden regalos y comida en Amberes sin sentir rabia hacia uno mismo por haber caído en el lado luminoso y chillón del espíritu navideño. ¿Dónde está Jack de “Pesadilla antes de Navidad” cuando se le necesita? Pues seguro que calentando su esqueleto con un Vin Chaud (vino caliente) y saboreando speculoos (galletas especiadas) mientras admira cómo se encienden y se apagan las lucecitas que decoran calles y edificios.

Amberes

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Sin darte cuenta, empiezas a usar el adjetivo “mágico” para denominar todo lo que ves. Te sacas el guante, observas tu mano morada por el frío y por unos momentos crees que por tu venas corre sangre azul. Y no sabes cómo, terminas patinando en la pista de hielo que ponen en la Place Monnaie de Bruselas. Estás atrapado, eres feliz y eso que aún no te has lanzado a catar las más de trescientas sesenta y cinco variedades de cerveza.

Bruselas

Foto Amberes: Antwerpen Toerisme en Congres

Patatas y cerveza en Bruselas

¿Por qué cito Bruselas cuándo estoy hablando de la región de Flandes? Pues porque la capital de Bélgica, de Flandes y de Europa va por libre y se acepta como comodín. Al estar en el medio, es casi imposible saltársela. Yo, al menos, no pude y te recomiendo que tú tampoco lo hagas. Como mínimo, pásate por la Place Jourdan, compra un cucurucho de patatas fritas en la Maison Antoine y, antes de morirte congelado en medio de la calle, ve a comértelas en una de las cervecerías de la plaza. No te apures, está bien visto llevarse comida a estos bares. Teniendo en cuenta que cuesta horrores decidirse por una cerveza y que se acaba por beber tantas que el baño se convierte en un tu segundo hogar, es recomendable hacer base.

Pregunta por las cervezas de temporada. Hay “brasseries” que fabrican ediciones especiales por Navidad.

Cervezas

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Chocolate en Brujas

Lo del chocolate en Flandes es una orgía. No llega a pornográfico, porque se queda en lo erótico. Lo suyo es placer refinado. Que hay tiendas que te recuerdan que del turismo se vive y mucho, pues sí, claro. Pero no te pares en ellas. Hazlo en las que te presentan los bombones y pralinés como joyas. Igual, en lugar de un croissant llevas un gofre (wafel) en la mano, y, en vez de un moño, un gorrito de lana, pero te sentirás como Audrey Hepburn delante de Tiffany’s. Alguien como Sloth de los Goonies podría implosionar.

Aquí no solo hay algunas de las marcas más reconocidas a nivel mundial, sino que está lleno de locales artesanales. En Brujas es obligatorio, necesario e imprescindible buscar la Chocolate Line (que también podrás encontrar en Amberes), una de las tiendas más famosas. Hasta puedes esnifar chocolate. El maestro chocolatero Dominique Persoone lo creó por encargo para la fiesta de cumpleaños de Ronnie Wood (el guitarrista de Rolling Stones que no cae de cocoteros).

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Un hayedo en medio de todo

Toca perderse y el lugar ideal para hacerlo es en le Foret des Soignes, un hayedo inmenso entre las regiones de Valonia, Flandes y Bruselas-Capital. Aunque haga frío, es un sitio magnífico para ir a pasear y dejar aparcada un rato la hiperestimulación navideña en la que nos habíamos zambullido. Eso sí, nos mantendremos en el cuento de hadas, ya que tendremos la sensación de que en cualquier momento nos encontraremos a Caperucita Roja vacilando al lobo feroz o a Hansel y Gretel zampándose, como si fuera lo más natural del mundo, una casa (estamos en Bélgica) de chocolate.

Foret

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Cómics y pintura

Cuando se viaja en diciembre lejos del trópico, hacer mucha vida al aire libre puede convertirse en un gesto heroico. En Flandes los museos, además de calefacción, tienen obras de arte de las que entran ni más ni menos que en Selectividad. Sí, sí, de pintores que marcaron la historia del arte como Magritte, Rubens, Van Eyck o Bruegel.

También estamos en la que fue la capital del cómic europeo. Por eso, más allá de las puertas del Centro Belga del Cómic de Bruselas, la ciudad se convierte en una gran exposición de este arte en viñetas. Y es que solo levantando un poco la vista del suelo te encuentras a Tintín, Lucky Luke, Los Pitufos o Spirou llenando las fachadas de los edificios.

Llegados a este punto podemos asegurar a los de “Friends” que Flandes es real. Lo difícil es saber hasta qué punto. Y es que recuerda, aquí todo acaba pareciendo “mágico”.

Y, Carles, si por casualidad estás leyendo esto, que sepas que para mí los belgas, hasta Jean-Claude Van Damme, serán siempre dibujantes de cómic aunque de verdad trabajen como figurantes en un cuento de hadas navideño.