La Comunitat Valenciana con la que sueñan los desertores de las playas

Ignasi Oliva Gispert
Gastronomía, descomunales parques naturales y un sinfín de rutas de senderismo y BTT confirman que el cemento no pudo con todo

Alejarse apenas unos km de la costa te permitirá redescubrir una tradición y una naturaleza únicas en la Península.

La llegada del verano suele notarse en la Comunitat Valenciana. Trae consigo un tiempo envidiable y tiñe toda la región de naranja, el suculento fruto que alimenta los nativos, de carácter afable y tendencia fiestera, desde generaciones. Suele coincidir, además, con un éxodo de veraneantes de todos los rincones de la Península, ávidos de horchata de chufa en la Albufera o en cualquier playa en la que puedan asegurarse un arroz inigualable.

Son mayoría los que desconocen que cuando bañan sus pies en el Mediterráneo dan la espalda a un paraje único y que reserva sus mayores tesoros para estas fechas playeras. Ignorarlo sería un error, especialmente para los que se cansan rápidamente del sol y del calor, tan abundantes, para regocijo de muchos, en el litoral valenciano.

A apenas un paseo en coche puedes descubrir una Comunitat Valenciana que no sale en la televisión, un paraje boscoso que escapó a la invasión del cemento y que te ofrece hasta 22 parques naturales en los que practicar trekking y senderismo o BTT, desde las vírgenes Hoces de Cabriel, con más de 30.000 hectáreas en la provincia de Valencia, a la majestuosa Sierra de Espadán, donde además podrás descubrir los cascos históricos de pueblos centenarios, como el de Sueras.

De hecho, lo más recomendable es elegir una zona y perderse en ella. Encontrar pueblos casi olvidados por la mayoría, rodeados de inmensos parajes naturales sin masificaciones de ninguna clase, garantiza emociones fuertes que requieren ser saboreadas sin prisa.

Y si todo esto te la trae al pairo porque lo único que te interesa es comer y constatar que el arroz valenciano no admite comparación de ningún tipo, todavía mejor. Porque a fin de cuentas, este cereal reside en el ADN de la región y descubrir sus matices más alejados de la agradable brisa marina que baña la costa te guiará hasta unos sabores tan primigenios como los que han convertido la Comunitat Valencana en una parada de la ruta gastronómica más selecta, pero hasta ahora completamente desconocidos para los viajeros.