Eres godo y no lo sabes. Necesitas urgentemente que te contemos esta y otras cosas que te estás perdiendo de Gran Canaria

Henar Ortega
Cuando me preguntan qué es lo mejor de haberme mudado a Madrid para ir a la Universidad a la tierna edad de 18 años, tengo muchas respuestas… pero solo una de ellas viene al caso aquí y ahora: haber conocido a Sara, una gran amiga oriunda de Gran Canaria. Y diréis, ¿y a mí qué me cuenta esta tía? Pues mucho. Sara y su familia -canariones de pro- siempre me brindaron todos los secretos de la isla, y ahora yo os los traslado a vosotros. ¿Tampoco sabéis que es ser Godo/a? Seguid leyendo, anda, que estáis muy verdes en cultura canaria.

“El continente en miniatura”. Ahí es nada. Así se refería Sara a su isla cuando me hablaba de su lugar de origen, y yo no veía el momento de preguntarle algo muy primario: que cuál era en el mapa. Si tienes amigos de allí o quieres hacerlos, ay amigo, apréndete cuál es cuál. Gran Canaria es la tercera por la derecha, la más “redondita” por decirlo de alguna manera. Y es, en efecto, un lugar que reúne ecosistemas muy heterogéneos. Hay playas paradisíacas, calas escarpadas, cumbres, bosques, zonas abruptas, y hasta una zona en la que producen vino: las Tirajanas. Así que deportes acuáticos de todo tipo y actividades de montaña compiten por tu preciado tiempo en la isla.

22

Cuando los Godos (es decir, los peninsulares, así nos llaman, entérate ya), vamos a la isla, nos quedamos estupefactos. Nada de solo playa. Maspalomas es estupenda, las dunas son una pasada, pero Gran Canaria es muchísimo más. Es historia, por ejemplo. No hay más que darse una vuelta por Teror, con su precioso casco histórico, su Basílica de la Virgen del Pino, y una delicia gastronómica: el chorizo de Teror, que es de untar y está sabrosón. Gran Canaria también es arte. Una visita relajada al Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) bien merece entrar en agenda de tu viaje. Además pasear por Vegueta, el barrio de Las Palmas de Gran Canaria en que está enclavado, te transporta a un entorno colonial, con la Catedral de Canarias y su paseíllo de palmeras para terminar de aportarte el stendhalazo que necesitabas.

40

A la hora de comer, Gran Canaria tampoco escatima en sorpresas al visitante. Para empezar, la escena foodie crece por momentos, con exitosas ferias de la tapa, especialidades locales renovadas, y puntos neurálgicos como el Mercado del Puerto en Las Palmas de Gran Canaria:  ambientazo a la hora del vermut y lo que no es el vermut. En la zona central de la isla está el Barranco de Guayadeque, lugar de peregrinaje de grupos de amigos dispuestos a comer la tradicional carne de cochino asado (pronunciado ‘collino’) en unas impresionantes cuevas allí ubicadas. Merece la pena la serpenteante carretera para llegar hasta allí, y las impresionantes vistas por el camino.

21_

Cada uno tiene su embajador de la isla. La mía ya os he dejado claro quién fue, y yo quiero ser la vuestra. Aunque el verdadero embajador de Gran Canaria es Víctor Machín, más conocido como Vitolo, un jugador del Sevilla que no olvida su tierra de origen. La exprime que da gusto y con planes que a priori no te esperas: montaña, bici.. ¡no se lo monta nada mal a juzgar por este vídeo!

Este futbolista internacional confiesa que le gustan mucho las playas de Amadores o Arguineguín. También habla de que le gusta mucho Puerto de Mogán, en el Suroeste de la isla, y ahí coincido de pleno. Añado: allí hay que comerse un arrocito en su cuquísimo puerto.

48

Qué será de una buena inmersión canariona sin reparar en el lenguaje: atentos que aquí el maíz es millo, las patatas son en todo momento papas, se come gofio escaldao aunque no entiendas ni entenderás la receta (pero sí que la disfrutarás), al bus se le llama guagua, y fleje significa mucho. Ya estáis un paso más cerca de zambulliros por unos días en el universo guanche, ¿que no? ¡Escapaos a Gran Canaria! Incluso sin conocer a mi querida amiga Sara os sentiréis como en casa, os lo aseguro.