El placer de la flotación

Elisenda W.

Imagina que durante una hora pudieses olvidarte de la gravedad y dejar tu cuerpo flotar en agua, sin realizar ningún tipo de esfuerzo, sin ruidos, sin frío, ni calor. No tendrías que hacer nada, ni siquiera aguantar tu propio peso. Simplemente cerrar los ojos, escuchar tu respiración y flotar… como regresar al útero materno.

El Dr. Joahn Lilly, un neurofisiológico estadounidense inventó una terapia que permitía disfrutar del relax y de la ingravidez proporcionando múltiples beneficios para el cuerpo y la mente. Es conocida como la terapia de flotación.

La terapia de flotación es una de las mejores opciones para combatir el estrés y sus consecuencias, el insomnio y hasta la infertilidad.
Las cámaras de flotación tienen una alta concentración de sal (sales como Epsom) en el agua, que aumenta la densidad y te hace flotar como en el Mar Muerto. La temperatura del agua está la misma que nuestro cuerpo, a 36 grados. Además, la cámara está aislada para que no entre ningún ruido.

El aislamiento sensorial y la falta de estímulos disminuye la segregación de adrenalina, baja el ritmo cardíaco, se aminora la presión arterial, se reduce la tensión muscular, se acelera la recuperación de lesiones y mejora la circulación sanguínea y linfática. Además, la piel absorbe el magnesio de la sal que corrige la común falta de este mineral en el cuerpo, proporcionándole un tacto suave.

Una dosis de relax absoluto para el cuerpo para sentirse en un cielo de paz y silencio.
¿Convencido? ¿Quieres disfrutar de una sesión de flotarium? Todos los que lo han probado, repiten.