Destinos para alérgicos a los resorts y a la Torre Eiffel

Alberto Peñalba
Dicen que la soledad, en el sentido más físico de la palabra, ya no existe. Que en la cumbre más alta un dron puede venir a espiarte y en una isla perdida del Atlántico un local emerger de la nada recitando el “Bueno, bonito, barato”. También dicen que Google Maps se cargó nuestra posibilidad de ser el Marco Polo de nuestra generación dando al traste con la posibilidad de encontrar ese “mundo perdido”. Pero lo cierto es que en los siguientes destinos pocos frecuentes, sentirse alienígena en la Tierra todavía es posible. El resto ya depende de tus ganas por apartarte de un patrimonio de la Unesco y una pulserita de todo incluido.

Pandora existe

Cualquier lugar del mundo puede esconder una parcela que no haya sido pisada ni por un cervatillo indefenso. Aunque si quieres proponerte visitar un lugar más virgen que un CD Verbatim yo empezaría por una isla. ¿Por qué? Porque si en Filipinas hay más de 2 mil, en Grecia ni se sabe y en el Caribe creen que 7 mil y pico, aún existe ese paraíso perdido por descubrir. Uno que suponga algo totalmente diferente a lo que hayas visto antes.

Un buen ejemplo es la isla de Socotra, en el océano Índico. Situada entre Yemen y Somalia, país que recibe un turista cada 14 años (destino extra), esta isla desconocida bien podría haber ahorrado a James Cameron toda la postproducción de Avatar. El motivo no es otro que un microclima que ha engendrado un ecosistema que habría hecho los ojos chiribitas a Jacques Cousteau. Fauna y flora únicas cuyo espécimen más famoso es el árbol conocido como sangre de dragón, el cual simula la forma de un champiñón enorme, o el del pepino, puro tronco copado por unos pocos tallos. De telón de fondo, playas donde cangrejos gigantes amenazan con sus tenazas y cámpings sin electricidad que volverán a hacerte sentir un explorador en pleno siglo XXI.

Socotra es la joya de una corona formada por muchos otros peculiares trozos de tierra flotantes: la griega Citera alberga la playa donde nació Afrodita, en el mar Rojo nace una isla nueva y en el azul Bazaruto, en Mozambique, se cree que viven hasta sirenas.

Los mágicos sonidos de(l) Ecuador

A lo largo de la historia han existido muchas rutas: la del Incienso, la de la Seda, la de Pokémon GO… pero nadie se ha atrevido aún con la Ruta del Ecuador. Una versión menos suicida del Viaje al Centro de la Tierra que ofrece un sinfín de sensaciones sin renunciar al calorcito que brinda este anillo de más de 40 mil kilómetros de extensión.

Si tenemos que escoger los lugares más peculiares del Ecuador, y aprovechando que acabamos de inaugurar el 2018, comenzamos por Kiribati. El primer lugar del mundo en recibir al Año Nuevo es, paradójicamente, un archipiélago que cuenta con una fecha de caducidad estimada para 2100. Su baja altitud y el aumento del mar debido al cambio climático ya han llevado a más de la mitad de la población a ser evacuada en nuevos asentamientos mientras las palmeras y las dunas se preparan para un último suspiro. El drama hecho viaje.

Otro de los países que podría desaparecer es Kenia, donde la falla, o rift, que separa África Oriental amenaza con separar el gigante más grande del mundo en unos cuantos siglos. La perfecta excusa para sumergirnos en los atardeceres de la sabana o cantar el Na Chu Wen Ña en la cima del Kilimanjaro. Que un destino algo más mainstream nunca desentona.

Llegados al continente americano, nuestra ruta explota en Mitad del Mundo, pueblo ecuatoriano cuyo nombre no entiende de sutilezas y te invita a hacerte una selfie con un pie en el hemisferio sur y otro en el norte. Si además llegas con una postura de yoga aprendida para el posado de rigor, mejor que mejor.  

El Fin del Mundo es un lugar

Tras pillar una insolación en los anteriores destinos toca ir en busca del fresquito. Y es al pensar en los copos de nieve y el Let It Go de Frozen cuando tu mente comienza a dibujar lugares como Sierra Nevada, Suiza, Finlandia… y también la Antártida. “- ¿Pero allí no llegaban solo viejos exploradores y los bichos de Depredador?” Baby, hoy en día todo es posible.

De hecho, viajar al único lugar del planeta donde podrían existir los Caminantes Blancos no tardará en comenzar a ser tendencia. Prueba de ello son las muchas empresas que ya comienzan a operar en esa masa de hielo donde las cascadas son de color rojo y el eco más intenso que en cualquier otro lugar.

Las opciones para llegar a la Antártida son varias: podemos tirar desde el norte y dejarnos embriagar por el encanto de las islas Shetland, en Noruega, o viajar a la argentina Tierra de Fuego. También inhóspita, es aquí donde la ciudad de Ushuaia y su famoso faro marcan el inicio a un Fin del Mundo mágico y gélido. A un lugar donde pocos otros han llegado antes.

Créditos: License CC0

Si sientes que la Torre Eiffel ya no te sorprende y los resorts de Cancún te provocan sudores fríos, llegar allá donde Cristóbal Colón nunca lo hizo se convierte en algo más que necesario.

Corea del Norte ya lo dejaremos para el año que viene.