Comer vegetariano en Madrid sin ser tú nada de eso

Rebeca Suarez
Vegetarianos, veganos, crudívoros, granivorianos… ¿Quiénes son? ¿De qué se alimentan? ¿Se les puede mojar? ¿Y dar de comer después de medianoche? ¿Pasa algo si les da la luz del sol directamente?

Mira, ante esta ristra de preguntas, a lo mejor ha llegado la hora de plantearnos que 1) puede que toque relajarse un poco con los revisionados de los Gremlins y 2) que no tenemos ni idea de qué ofrece el mundo más allá de nuestro menú omnívoro.

[redbox text=”Algunos esto de la revolución alimentaria nos ha pillado totalmente con los rulos puestos y todavía andamos soltando chistes de Los Simpsons de veganos, nivel cinco.” position=”right”]

Hay un dicho en el póker que dice que si estás jugando en una mesa y no eres capaz de identificar al primo, entonces, amigo, el primo eres tú. A lo que añado que si hablando de hábitos alimenticios no somos capaces de identificar al cuñado, entonces, queridos, es más que probable que el cuñado seamos nosotros.

HORROR. Lo sé. Pero hay que enfrentarse a la cruda realidad. Que a algunos esto de la revolución alimentaria nos ha pillado totalmente con los rulos puestos y todavía andamos soltando chistes de Los Simpsons de veganos, nivel cinco, que no comen nada que arroje sombra y somos capaces de que nos salga humo del cerebro antes de dar con una opción vegetariana que se salga de la lechuga y la fruta.

La culpa no es solo nuestra, después de todo vivimos en un país en el que hasta el sándwich vegetal lleva atún y si me apuras jamón cocido. Y llamadme loca, pero en mi pueblo los atunes y los cerdos todavía no florecen en el huerto. Así que para practicar con el ejemplo, recluté un montón de amigos y allegados vegetarianos para que me recomendaran los mejores sitios en Madrid para que se te haga la boca agua, tanto si estás totalmente concienciado de conocer y preocuparte del origen de todo lo que ingieres, como si estás, como servidora, totalmente pato en estos menesteres.

Al Natural. C/ Zorrilla, 11 (Las Letras.)

Cuando pides recomendaciones a varias fuentes y todas repiten un mismo lugar. OJITO. De hecho, después de darle muy fuerte al efecto déjà vu cada vez que me lo nombraban, no me sorprende nada que Al Natural esté el primero en valoración en la lista de restaurantes vegetarianos de Madrid en Atrápalo. Se nota que llevan más de 20 años en esto y son ya una institución. Lo suyo además no es solo comida vegetariana, sino alimentos principalmente sanos y libres de grasas con lo que es ideal para no tener que llegar luego a casa y hacer penitencia con la fusta por saltarse la dieta. Y si eres como yo y tu lema a la hora de gastar es “gratis o mejor oferta”, te animará saber que sus precios son bastante atractivos, con varios menús cerrados a buen precio para que no toques al cerdito ni para sacarle monedas.

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Yerbabuena.  C/ Bordadores, 3 (Opera)

A estas alturas de la vida ya sabemos todos (o deberíamos saber) que la belleza está en el interior y que no hay que juzgar a las cosas simplemente por su aspecto exterior. Muy bien. PERO. Que levante la mano el que no coma un poquito (o un montón) con los ojos. Y más si vamos a degustar cosas que pueden quedar fuera de nuestros menús habituales. En Yerbabuena, otra de esas instituciones de la comida vegetariana en la capital, trabajan muy bien la presentación de sus platos y consiguen que al final te apetezca probarlo todo. Eso sí, vete con apetito porque las raciones son generosas (y eso viniendo de una asturiana quiere decir que las raciones son GENEROSAS).

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B13. C/ De la ballesta, 13 (Malasaña)

Una de las cosas que más me hacen entonar el vade retro al mundo vegetariano es mi negativa total a decirle adiós a los grandes hits de nuestra alimentación carnívora. Pero puede que poquito a poco nos vayamos quedando sin excusas porque cada vez son más populares (y ricas) las alternativas de sitios como B13, que sirven unas hamburguesas de seitán (sea eso lo que sea) que están de muerte. Y aunque los veganos tienen las cosas aún más complicadas, aún les quedan alegrías (a ellos o en mi caso, a sus acompañantes) como una tortilla de patata (¡sin huevo!) que no se la salta un torero. Habrá quien lo llame herejía. Yo lo llamo “pon otra, por favor”.

Una foto publicada por Gigi Rose V (@thevlife) el

Loving Hut. C/ de los reyes 11 (Plaza España)

A mí, fan total de todo lo que lleve curry y del arroz, me dices que un sitio sirve un seitán con curry y arroz y allá que voy ¡y hasta averiguo qué leches es eso del seitán! (Me chivan por el pinganillo que el seitán es un preparado alimenticio a base de gluten de trigo, que dicho así suena muy poco apetecible pero en manos de un buen cocinero se te puede hacer la boca agua). En Loving Hut te puedes hacer un apaño gastronómico a base de comida sabrosa, sana y, amigos ahorradores, bastante barata. Una buena opción si andas por el centro y te quieres abandonar a eso que ahora se llama fast good.

  Una foto publicada por Lykke Sofie Myrås (@lykkesofiemyraas) el

El Vergel. Paseo de la Florida, 53 (Moncloa)

Si ante tanta oferta no solo se te revolucionan las glándulas salivares sino que también te apetece saber más de este mundo, sus posibilidades, recetas y un sinfín de cosas más, ¿por qué no te das una vuelta por Vergel? Además de ser uno de los restaurantes vegetarianos más conocidos de Madrid y de tener un montón de platos de chuparse los dedos (entre ellos el pastel de calabaza con curry), imparten cursos, conferencias y talleres por expertos en la materia para ayudar a disipar tus dudas. Podrás salir de allí con nuevas recetas y hasta con los ingredientes que venden en su tienda. ¿A que ya no parece tan complicado todo esto?

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