Canadá: la pesadilla de cualquier urbanita

María Trujillo
¿Sabes esa amiga guapa a la que todo le queda ideal, pero que encima es simpática, inteligente y la primera que te coge el teléfono cuando estás mal? Esa es Canadá, tan perfecta que te entran ganas de odiarla, pero no puedes.
Canadá

La gente sueña con ir a las blancas playas del Caribe, a la exótica Tailandia, al mágico Sahara… Sin embargo, cuando eres de un sitio donde la temperatura media anual ronda los 20º, sueñas con el frío y la nieve. En mi caso, desde pequeña sentí la llamada de Rusia. En el caso de mi madre, la llamada era de la prima maja, Canadá. Así que, como buena hija única, decidí hace dos años que ya le tocaba cumplir sueño. A ver si así se ablandaba y cumplía el mío después.

Vancouver: ¿seguro que esto es un aeropuerto?

Mi primer contacto con Canadá fue Vancouver. Una ciudad con un aeropuerto con  moqueta reluciente y fuentes no es una ciudad. Pero qué voy a decir yo, una loca europea que pretendía alquilar un coche de 4 plazas para atravesar los parques nacionales canadienses. No intentéis explicarle al del rent a car que con una camioneta de las suyas no sabrías ni cómo arrancar. Pero tampoco te preocupes, aunque te mire como a una loca que piensa que existen problemas de aparcamiento al otro lado del Atlántico, todo será amabilidad.

Una foto publicada por Hostel Nomads (@hostelnomads) el 15 de Dic de 2016 a la(s) 2:12 PST

¿Se puede ser demasiado amable? Porque Canadá lo intenta

Porque si algo define a Canadá es la amabilidad. La gente, las ciudades, las señalizaciones y los wc en mitad del campo. No sé vosotros, pero yo de pequeña cuando iba de excursión a la montaña y sentía la llamada de la madre naturaleza (¿hay algún eufemismo no viejuno para esto?) me tocaba apartarme del grupo y meterme en lo recóndito del bosque de pinos mediterráneo. Olvídate de eso en Canadá. Ya puedes llevar cuatro horas andando por la montaña canadiense, que allí que aparecerá cuando lo necesites una cabaña wc con su papel higiénico y, atiende, gel desinfectante.

Cabaña Canadá

¿Te gustan los lagos? Más te vale

Ya creíais que se me pasaba hablar de los lagos canadienses. Un lago, dos lagos, tres lagos, 27 lagos… En mi ruta por Canadá perdí la cuenta de cuántos lagos vi. Todos azul turquesa, todos preciosos como de postal, todos impresionantes… todos lagos. Y eso que mi experiencia canadiense no fue por la región de los Grandes Lagos, sino por los grandes parques del oeste, llenos de rutas de senderismo mejor indicadas que cualquier rotonda española.

Lago de Canadá

¿Te gustan los kamikazes? Vete a Canadá de parques

Banff, Jasper, Whistler son algunos de estos parques que en invierno satisfacen a los esquiadores más intrépidos, a los tranquilos paseantes con raquetas en los pies y a aquellos que les gusta tomarse un café calentito al lado de la chimenea. O al menos así me lo quiero imaginar, porque mi imagen es la de un montón de kamikazes bajando por la montaña a toda leche en sus mountain bikes. En concreto Whistler, una de las sedes de los Juegos Olímpicos de invierno de 2010, es el paraíso de cualquier niño cafre con una bici que estrenar en reyes.

Un vídeo publicado por ?Vadim Mialik (@vmialik) el 4 de Ago de 2016 a la(s) 8:43 PDT

Como urbanita, Canadá fue para mí una tortura con tanta agua cristalina, aire puro, naturaleza desbordante, alces a cada lado de la carretera y papel higiénico por todas partes. Pero para mi madre fue el viaje de su vida por fin realizado, así que misión cumplida.