Alentejo: Hasta el Tajo y más allá

Meri Pedia
Sí, ya sabemos que te encanta Portugal. ¡A quién no! Sabemos que te conoces todos los bares del Barrio Alto de Lisboa, y que has hecho cata de franceshinas por todo Oporto. Vale, eso está muy bien, es el First de Portugal. Igual has ido un poco más allá en tu exploración, te has bañado en las playas del Algarve, has hecho surf en Sagres, conoces Aveiro, la Venecia portuguesa, hablas maravillas de Guimaraes y suspiras cada vez que te acuerdas de Coimbra. Perfecto, subes de nivel, ya tienes el Advanced. Pero ¿te crees que se queda ahí? ¿Piensas que ya conoces todo Portugal?

Pues no, porque hoy vamos a por el Proficiency, a por la parte más desconocida de nuestro amado país vecino, un secreto que aún sigue lejos de las visitas masivas, donde puedes ver pasar la vida con calma, entre ciudades amuralladas, mirando dorados campos infinitos y con una copa de vino en la mano. Bienvenidos al Alentejo. Cruza la frontera a la altura de Extremadura, apaga el GPS, y coge un mapa de toda la vida. Vamos a descubrir tesoros.

Évora: (Pre)historia para todos

La capital de la región no sólo tiene un centro histórico inmenso, y uno de los mejores conservados de Portugal, sino que es una fuente inagotable de culturas y huellas históricas, y también una viva ciudad universitaria que ofrece muchas alternativas tanto dentro de sus murallas, como en sus alrededores. Patrimonio Mundial de la Unesco, Évora fue un importante centro en la Iberia romana, y prueba de ello son sus Termas, y sobre todo, su templo romano, 14 columnas corintias perfectamente conservadas. Ahora, que para columnas que han visto pasar siglos de historia (de 5.000 a 7.500 años, año arriba, año abajo), date una vuelta por los alrededores de Évora, y hazte una ruta por los parajes de megalitos típicos de la región. Tienes donde elegir, pero desde aquí te recomendamos el de Almendres, a 15 km de Évora. Entre olivos y alcornocales tienes el conjunto megalítico más importante de la Península Ibérica, y uno de los monumentos más antiguos de la Humanidad. ¿Te parece poca cosa?  A 13 km al suroeste de Évora está el Gran Dolmen de Zambujeiro, el más grande de Europa. ¿Ya te sientes lo bastante Obelix como para echarte una piedra a la espalda?

Cuando te apetezca regresar a la vida contemporánea (todo lo “contemporánea” que es la vida aquí), vuelve a Évora, coge fuerzas tomando algo en la principal plaza de la ciudad, la Praça Do Giraldo, y luego hazte una ruta por su Catedral (la iglesia medieval más grande del país), y por sus edificios barrocos llenos de frescos y azulejos, para terminar dándote un homenaje de cocina tradicional portuguesa en cualquier restaurante: jabalí, pato, arroces, mariscos de la costa, y por supuesto, Porco à Alentejana, típico plato regional, un guiso exquisito “mar y montaña”, de carne de cerdo con almejas. Funciona, créeme. CRÉEME.

Elija su pueblecito encantador para hoy

Resulta que el Alentejo ocupa un tercio de la superficie de Portugal, pero sólo un 7% de su población vive aquí. ¡Mejor para ti! Más tranquilidad para descubrir sus maravillas. Portugal es el primer exportador mundial de corcho, ¿lo sabías, so alcornoque? Y el segundo mundial de ¡marmol! Igual no te lo crees hasta que visitas Estremoz, con sus murallas y su palacio blanco. Blancas son también sus calles, hechas de un mármol que rivaliza con el de Carrara. ¡Está hasta en las aceras! Muérete de envidia, Porcelanosa. Completan la ruta del mármol portugués los pueblecitos de Villa Viçosa y Borba, y en la visita no puede faltar excursión a alguna de las canteras cercanas que siguen en activo.

Si eres más de fortificaciones, lo tuyo está en Elvas. ¿Fosos, murallas, contrafuertes, puentes levadizos, torreones? Tenemos de todo. ¿Trincheras excavadas directamente en la roca? Tenemos también. Súbete a una almena, y contempla a ver qué se acerca por el horizonte.

¿Y si paras en Portalegre? ¿Cómo que allí qué hay? Una fábrica de tapices que produce (y expone) obras de artistas contemporáneos. Espera ¿tapices y artistas contemporáneos? ¿A la vez? Pues sí. ¿Un castillo en lo alto de una roca, desde donde se divisa toda la sierra? En Marvao, a tan solo 10 km de la frontera con España. ¿Museos? Mértola, una localidad de sólo 2000 habitantes tiene ¡cuatro! Y además celebra un maravilloso Festival Islámico en el mes de mayo de los años impares, así que felicidades porque este año toca. Del 18 al 21 de mayo, un pueblo convertido en zoco gigante. ¿El cotilleo que fue lo más oioioioioioioi en todos los conventos portugueses del siglo XVII? Las apasionadas (pero mucho, además) cartas de amor que Sor Mariana, monja del convento de Beja, le escribió al Conde de Charmilly, oficial de caballería francés. Y si solo quieres pasear y poner el hashtag #pueblecitosconencanto en todas tus fotos: Castelo de Vide,  Alvito, Serpa… ¿Que eres más de #playitasconencanto? Porto Covo, Comporta, o Zambujeira Do Mar.

En el último trago, nos vamos. (Nos vamos a otra bodega)

¿La Provenza? Buf, está muy vista. ¿La Toscana? En cuanto llega el buen tiempo, se masifica. ¿Los viñedos de California? Mira, no vamos a coger un avión para eso, supera ya lo de Falcon Crest. Tú haznos caso, busca los carteles de color marrón que hay en cada pueblo, pregunta en cualquier oficina de turismo local, o haz una cata previa (y gratuita) en la oficina central que hay en Évora para ver cuáles son tus favoritos, y luego empieza a planificar la Rota dos Vinhos do Alentejo por sus bodegas y viñedos, y ya nos dirás si crees que pueden hacerle la competencia a sus hermanos del Duero o del Miño. ¿Ves todos esos puntitos en el google maps? ¿Y te atreves a hacerte con todas, como con los Pokémon? Pues vete ensayando tu movimiento de muñeca para mover la copa, vete planificando los turnos para conducir el coche, y si no, ¡no pasa nada! Muchas de las bodegas ofrecen alojamiento, así que no tienes excusa para no acabar esa botella. Después de todo, si algo hemos aprendido del Alentejo, es a tomarnos las cosas con calma, sin estrés, disfrutando del momento, del paisaje, de las vistas, del silencio y la serenidad. ¿Te convence? ¿A que sí? ¿Otra copita?