Acompañantes Artificiales

Dolores y Milagros son réplicas, es decir, cuerpos creados y diseñados artificialmente que cuentan con inteligencia artificial. Ellos son acompañantes amorosos, y forman parte de la producción de réplicas a gran escala creadas en un laboratorio por una corporación multinacional. En el laboratorio, los programadores – profesionales del rubro- se encargan de preparar a las réplicas para luego entregarlos a sus portadores. En este espacio, son criados y controlados por los programadores, quienes a través de simulacros, es decir, instancias programadas, guían a las réplicas para que adquieran conductas sociales que podrían aprender únicamente de modo intuitivo, y de esa forma, desarrollan los distintos modos de relación de acuerdo a distintas circunstancias.

Para perfeccionar el comportamiento de los acompañantes artificiales, se creó un sistema virtual de interconexión, llamado “patio de recreación”. En él, las réplicas interactúan entre ellas, con el fin de aprender a vivir en sociedad. Una vez estén preparadas las réplicas, se diseña una situación – escena o simulacro-, con el fin de que conozcan a su portador de un modo “casual” y este último, viva la simulación del enamoramiento, al igual que la réplica, para que en ella surjan sensaciones y sentimientos genuinos.

El último tiempo, la producción de réplicas se ha elevado exponencialmente, porque las condiciones climáticas ya no permiten que florezca la vida social como antes. Debido a esto, por exigencias de demanda, también se ha elevado la complejidad de las réplicas. Pero algo ocurrió en la última serie de réplicas que se produjo. Estas tienden a “fallar”, al parecer, son capaces de improvisar más allá de su programación.

Ficha Artística:

• Dirección y dramaturgia: Cristóbal Julio

• Producción: Jorge Alberto Meireles

• Elenco: Simone Muñoz, Nicolás Fuentes, Fabiola Zamora, José Tomás Pereira y Francisco Reyes